miércoles, 2 de noviembre de 2016

LA BATALLA DE LA TABLADA (1989)












                   Parada militar de los Cadetes de la Escuela de Policia Juan Vucetich
                                                                 1964





                                            LA BATALLA DE LA TABLADA


                                                                 1989




                   Nunca imagino aquella calurosa madrugada  del 23 de enero de 1989 siendo Presidente de la República Raúl  Alfonsín y con solo seis años de naciente democracia el Comisario Inspector Emilio García García , perteneciente a la plana de la Unidad Regional de La Matanza de la policía provincial  cuando concurrió a ala puerta del Regimiento Tres Mecanizado de La Tablada correctamente uniformado con un chofer en un patrullero Renault 12 color azul que trágicos acontecimientos sucederían las 30 horas siguientes.
                    Se tenia la novedad que alrededor de las seis de la mañana un camión de gaseosas que circulaba por la Avenida Crovara cercano a la Rotonda de San Justo había  embestido la puerta principal y al parecer se habían escuchado disparos, según llamadas de vecinos.  Yo tenía la misma novedad como Jefe de Turno en la Unidad Regional II San Martín. En el lugar,  -según me relataran- , efectivamente García García   pistola en mano observó que el portón había sido derribado y que en el interior del cuartel un camión playo bastante abollado estaba detenido  pero no se observaba nadie en los alrededores. Ordenó al chofer  que se quedara en el móvil por si necesitaban refuerzos y se acerco hacia la guardia de prevención del portón llamándole la atención que no había ningún centinela de la guarnición, fue en ese instante que un certero disparo de escopeta 12.70 le dio en el peritoneo y cayo gravemente herido, falleciendo tres días después  en el Hospital Churruca de la Policía Federal Argentina , estando yo presente a cargo de la Guardia de Honor  y donde fue llevado para ser asistido por tratarse de un herido de bala de alta complejidad.
                   Desde el último ataque de terroristas el 12 de noviembre de  1979, en Cerrito entre Santa Fé  y Arenales   cerca del Obelisco donde 8 guerrilleros  dieron muerte con disparos de armas automáticas y granadas de mano al industrial Francisco Soldati y sus acompañantes, y  al tratar  de volar con explosivos el automóvil, hubo un estallido que mato a tres de ellos, no había vuelto a ocurrir nada igual.
                    Ahora  ese fue el inicio  de la llamada “Batalla de la Tablada“.
                    Habían pasado diez años y   un grupo de  terroristas armados denominado  “Movimiento Todos por la Patria” ,de origen ideológico de izquierda ,organizado y dirigido por  Enrique G. Merlo ,  fallecido recientemente de muerte natural  que fuera   miembro de la cúpula  de una organización terrorista  en la década del 70,  había tomado por asalto la guarnición
                    Bien adoctrinados  y provisto de armamento de origen soviético , fusiles automáticos, ametralladoras , granadas  y lanza-cohetes ,se cree en un número de mas de cincuenta guerrilleros habían tomado por asalto este regimiento del Ejercito Argentino posiblemente para abastecerse de armas de la unidad  y para reemplazar a las Fuerzas Armadas por milicias populares.  Por ser período estival solo había una guardia menor, y los insurgentes  contaban con varios vehículos y apoyo exterior desde terrazas vecinas de francotiradores con armas automáticas con miras telescópicas.
                  La orden inmediata recibida por la Policía al conocer  el ataque y la agresión al personal policial fue de realizar un cerco del cuartel con la mayor cantidad de policías posibles de distintas dependencias cercanas, hasta que pudiera hacerse presente fuerzas del Ejercito Argentino para recuperar la unidad tomada.
                   Así fue que en poco menos de un par de horas  aquellos heroicos policías de la Provincia usando  irónicamente como única  protección sus camisas celestes de manga corta y armados solo con sus pistolas reglamentarias y algunas ametralladoras traídas de las dependencias - en esa época no había chalecos -,abastecidos permanentemente  de munición por la Policía mantuvieron un combate cerrado sin descanso ni alimentos durante casi treinta horas hasta que el Ejercito con artillería y unidades blindadas tomó por asalto el cuartel logrando la rendición de los sediciosos.
                   Un ulular permanente de sirenas de las ambulancias del municipio y de la Policía durante toda la batalla iban retirando como se podía entre el intercambio de disparos  a heridos y muertos para trasladarlos a hospitales cercanos ,todo esto fue televisado en directo.
                   El heroísmo del personal policial llegó a un límite que quienes franco de servicio se enteraban  de lo que sucedía de inmediato se uniformaban y se trasladaban al lugar a ayudar a sus compañeros en el combate desordenado demostrando  un alto espíritu de cuerpo y una insoslayable vocación de servicio por la patria que los llamó a exponer su vida con los militares sin haber recibido orden de presentación. Por eso digo que son verdaderos soldados de las calles,
                   Estos jóvenes muchos de ellos  anónimos a quienes quiero recordar ahora aun prestan servicios en la Policía y lucen  una pequeña insignia metálica con fondo de la bandera argentina que dice “Batalla de la Tablada” otorgada a quienes intervinieron en ese feroz combate que le costo la vida a 29 subversivos ,11 militares entre los que estaba el 2do Jefe de la guarnición   ,2 policías y mas de 100 heridos de bala algunos muy graves como el Comisario RE, que perdió ambas piernas por el disparo de un cohete antitanque. La primera víctima de este inútil enfrentamiento lo fue un soldado clase 1969 , que se hallaba de centinela en la puerta de entrada de la guarnición y que luego fue usado como escudo humano durante el tiroteo para impedir  recuperar la pequeña edificación de la Guardia.
                   Hago referencia a este pequeño relato de la historia argentina sobre una cruenta batalla  ocurrida en el Gran Buenos Aires hace mas de  25 años  solo para poner de relieve la capacidad e idoneidad demostrada por el personal policial de menor jerarquía en ese evento que desafiando la muerte supo defender con hidalguía y humildad los valores humanos para cumplir con la  tarea encomendada en forma heroica  en salvaguarda de la sociedad, para reestablecer  el orden alterado por los insurgentes.
                   ¿ A quien se le puede ocurrir pensar que esta misma institución y los hombres que la componen no desean reestablecer el orden social y la seguridad de la población a la  que ellos mismos pertenecen ¿ .Reciben permanentes criticas de algunos periodistas o políticos  tildándola de corporación criminal ,  maldita, corrupta o utilizando el vocablo “zona liberada “ sin conocer su significado.
                   La muerte de uno de sus miembros  combatiendo la delincuencia en las calles  debería ser suficientemente importante  para que el periodismo tratara con mas respeto a la Fuerza y alguna vez concurriera a los velatorios de estos humildes servidores públicos, a  solidarizarse al menos con los familiares   directos    que   son   las verdaderas víctimas que han perdido un ser querido que sólo procuró con su capacidad y experiencia   reestablecer el orden público pagando un alto precio. ( Del libro "La Seguridad Publica" Editorial Tahiel 2016)


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