1989
Nunca imagino aquella calurosa
madrugada del 23 de enero de 1989 siendo
Presidente de la República Raúl Alfonsín y con solo seis años de naciente
democracia el Comisario Inspector Emilio García García , perteneciente a la
plana de la Unidad Regional
de La Matanza
de la policía provincial cuando
concurrió a ala puerta del Regimiento Tres Mecanizado de La Tablada correctamente
uniformado con un chofer en un patrullero Renault 12 color azul que trágicos
acontecimientos sucederían las 30 horas siguientes.
Se tenia la novedad que
alrededor de las seis de la mañana un camión de gaseosas que circulaba por la Avenida Crovara cercano a la Rotonda de San Justo
había embestido la puerta principal y al
parecer se habían escuchado disparos, según llamadas de vecinos. Yo tenía la misma novedad como Jefe de Turno
en la Unidad Regional
II San Martín. En el lugar, -según me
relataran- , efectivamente García García
pistola en mano observó que el portón había sido derribado y que en el
interior del cuartel un camión playo bastante abollado estaba detenido pero no se observaba nadie en los
alrededores. Ordenó al chofer que se
quedara en el móvil por si necesitaban refuerzos y se acerco hacia la guardia
de prevención del portón llamándole la atención que no había ningún centinela
de la guarnición, fue en ese instante que un certero disparo de escopeta 12.70
le dio en el peritoneo y cayo gravemente herido, falleciendo tres días
después en el Hospital Churruca de la Policía Federal Argentina ,
estando yo presente a cargo de la
Guardia de Honor y
donde fue llevado para ser asistido por tratarse de un herido de bala de alta
complejidad.
Desde el último ataque de
terroristas el 12 de noviembre de 1979,
en Cerrito entre Santa Fé y Arenales cerca del Obelisco donde 8 guerrilleros dieron muerte con disparos de armas
automáticas y granadas de mano al industrial Francisco Soldati y sus
acompañantes, y al tratar de volar con explosivos el automóvil, hubo un
estallido que mato a tres de ellos, no había vuelto a ocurrir nada igual.
Ahora ese fue el inicio de la llamada “Batalla de la Tablada “.
Habían pasado diez años
y un grupo de terroristas armados denominado “Movimiento Todos por la Patria ” ,de origen
ideológico de izquierda ,organizado y dirigido por Enrique G. Merlo , fallecido recientemente de muerte
natural que fuera miembro de la cúpula de una organización terrorista en la década del 70, había tomado por asalto la guarnición
Bien adoctrinados y provisto de armamento de origen soviético ,
fusiles automáticos, ametralladoras , granadas
y lanza-cohetes ,se cree en un número de mas de cincuenta guerrilleros habían
tomado por asalto este regimiento del Ejercito Argentino posiblemente para
abastecerse de armas de la unidad y para
reemplazar a las Fuerzas Armadas por milicias populares. Por ser período estival solo había una
guardia menor, y los insurgentes
contaban con varios vehículos y apoyo exterior desde terrazas vecinas de
francotiradores con armas automáticas con miras telescópicas.
La orden inmediata recibida
por la Policía al conocer el ataque y la agresión al personal policial
fue de realizar un cerco del cuartel con la mayor cantidad de policías posibles
de distintas dependencias cercanas, hasta que pudiera hacerse presente fuerzas
del Ejercito Argentino para recuperar la unidad tomada.
Así fue que en poco menos de
un par de horas aquellos heroicos
policías de la Provincia
usando irónicamente como única protección sus camisas celestes de manga
corta y armados solo con sus pistolas reglamentarias y algunas ametralladoras
traídas de las dependencias - en esa época no había chalecos -,abastecidos
permanentemente de munición por la Policía mantuvieron un combate cerrado sin
descanso ni alimentos durante casi treinta horas hasta que el Ejercito con
artillería y unidades blindadas tomó por asalto el cuartel logrando la
rendición de los sediciosos.
Un ulular permanente de sirenas
de las ambulancias del municipio y de la Policía durante toda la batalla iban retirando
como se podía entre el intercambio de disparos
a heridos y muertos para trasladarlos a hospitales cercanos ,todo esto
fue televisado en directo.
El heroísmo del personal policial llegó a un
límite que quienes franco de servicio se enteraban de lo que sucedía de inmediato se uniformaban
y se trasladaban al lugar a ayudar a sus compañeros en el combate desordenado
demostrando un alto espíritu de cuerpo y
una insoslayable vocación de servicio por la patria que los llamó a exponer su
vida con los militares sin haber recibido orden de presentación. Por eso digo
que son verdaderos soldados de las calles,
Estos jóvenes muchos de
ellos anónimos a quienes quiero recordar
ahora aun prestan servicios en la Policía y lucen
una pequeña insignia metálica con fondo de la bandera argentina que dice
“Batalla de la Tablada ”
otorgada a quienes intervinieron en ese feroz combate que le costo la vida a 29
subversivos ,11 militares entre los que estaba el 2do Jefe de la
guarnición ,2 policías y mas de 100
heridos de bala algunos muy graves como el Comisario RE, que perdió ambas
piernas por el disparo de un cohete antitanque. La primera víctima de este
inútil enfrentamiento lo fue un soldado clase 1969 , que se hallaba de
centinela en la puerta de entrada de la guarnición y que luego fue usado como
escudo humano durante el tiroteo para impedir
recuperar la pequeña edificación de la Guardia.
Hago referencia a este pequeño
relato de la historia argentina sobre una cruenta batalla ocurrida en el Gran Buenos Aires hace mas
de 25 años solo para poner de relieve la capacidad e
idoneidad demostrada por el personal policial de menor jerarquía en ese evento
que desafiando la muerte supo defender con hidalguía y humildad los valores
humanos para cumplir con la tarea
encomendada en forma heroica en
salvaguarda de la sociedad, para reestablecer
el orden alterado por los insurgentes.
¿ A quien se le puede ocurrir
pensar que esta misma institución y los hombres que la componen no desean
reestablecer el orden social y la seguridad de la población a la que ellos mismos pertenecen ¿ .Reciben
permanentes criticas de algunos periodistas o políticos tildándola de corporación criminal , maldita, corrupta o utilizando el vocablo
“zona liberada “ sin conocer su significado.
La muerte de uno de sus
miembros combatiendo la delincuencia en
las calles debería ser suficientemente
importante para que el periodismo
tratara con mas respeto a la
Fuerza y alguna vez concurriera a los velatorios de estos
humildes servidores públicos, a
solidarizarse al menos con los familiares directos
que son las verdaderas víctimas que han perdido un
ser querido que sólo procuró con su capacidad y experiencia reestablecer el orden público pagando un
alto precio. ( Del libro "La Seguridad Publica" Editorial Tahiel 2016)
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